Cerro San Francisco
Monumento Natural el Morado: Tesoro de la capital
Fecha de publicación: 18-Ene-2024
Fecha del viaje: 09-Dic-2023
Región Metropolitana
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Descubre la belleza del Monumento Natural El Morado, un refugio de vida y esplendor en medio de la agitación de Santiago. Sumérgete en la majestuosidad de los valles cordilleranos que persisten, a pesar de la crisis climática, ofreciendo un oasis de tranquilidad y biodiversidad en el corazón de Chile.
¿Cómo llegar al Monumento Natural el Morado?
Desde Santiago, tomar la avenida La Florida en dirección a la cordillera, la que pasa a llamarse Camino al Volcán, luego por el camino El Toyo, por la rivera del frente del río maipo y paralelo al camino principal, para nuevamente volver al Camino al Volcán más arriba. Así se debe seguir derecho hasta llegar a baños morales, donde se debe salir de la ruta principal hacia la izquierda para ingresar al pequeño poblado de montaña. La entrada a la reserva se encuentra a escasos 200 metros del centro del pueblo.
- Inicio del relato -
Llevo 6 años viviendo en Santiago, principalmente por trabajo, y en todo este tiempo jamás me animé a conocer el Cajón del Maipo, principalmente por falta de interés y porque en las épocas invernales siempre llega mucha gente, alterando los tiempos de traslado producto de atochamientos y uno que otro accidente. Sin embargo, aprovechando el fin de semana largo de inicios de diciembre, pensamos que sería un buen momento para ponerle fin a esta negativa racha y por fin ir a conocerlo, y luego de averiguar con algunos conocedores de la zona, el monumento natural El Morado fue el elegido.
Salimos a las 8 AM del viernes desde el centro de santiago, en dirección a la cordillera, por Vespucio Sur hasta la salida 41, tomando la avenida la Florida en dirección Oriente, la que después pasa a llamarse Avenida Camilo Henriquez, y posteriormente, a la altura del pueblo de las vizcachas, termina llamándose “Camino al Volcán”. No vale la pena entrar demasiado en el detalle de las rutas, cualquier aplicación de mapas como Google Maps y Waze podría llevarnos a destino con sólo indicarlo. La indicación concreta a pedirle a cualquier app de mapas es “Baños Morales” o “Monumento Natural el Morado”.
En concreto, siguiendo por la ruta en dirección a la cordillera, y a la altura de “Las Vertientes” cambiamos al camino El Toyo, por la rivera del frente, porque Waze así nos indicó. 20 Kms más arriba y antes del Melocotón volvimos al camino principal, el que, poco a poco, comienza a verse menos concurrido y despejado, pero también más angosto y sinuoso. Los últimos 10 kilómetros antes de llegar a Baños Morales, punto de acceso al monumento, ya toman todas las características de los valles cordilleranos de los andes centrales, con sus cerros escarpados, cumbres nevadas, vegetación baja y rebaños de cabras y de caballos, incluso con deslizamientos de tierra y aguas de deshielos proveniente de la quebrada Las Amarillas cruzando el camino en más de un punto.
Baños Morales es un pequeño pueblo de montaña, con algunos locales de abarrotes, hosterías y restaurantes, pensados en los turistas que llegan a conocer las bondades de la cordillera, aun en verano. Desde acá, son poco más de 200m hasta la entrada al monumento, administrado por Conaf. Para acceder al área protegida se debe reservar entrada en ASP Ticket vía web, y pagar esa reserva en la caseta de Conaf, en efectivo, con un precio de $4.000 por adulto al día de la visita. Luego de algunas instrucciones por parte de la guardaparque, quien además nos indicó que por el momento el sendero sólo llegaba hasta el kilómetro 4, partimos caminando.
Baños Morales desde el inicio del sendero
El primer kilómetro es el más exigente del recorrido, amigos, guardaparques y páginas de internet nos dijeron lo mismo. Y sí, efectivamente es así, con un desnivel considerable, el camino asciende rápidamente, al mismo tiempo que se va internando entre los cerros que contienen al glaciar San Francisco. Paso a paso el ruido del agua va dando espacio a los cantos de las muchas aves cordilleranas que han elegido las vegetaciones bajas y solitarias para su cobijo, como el Cometocino y el Jilguero.
El sendero está marcado con postes numerados, de 1 en adelante, y un error común es pensar que cada número indica 1km de avance, ya que realmente estos están separados cada 500 metros (el poste 5, por ejemplo, sería el kilómetro 2,5 del sendero). Así, la pendiente fuerte termina aproximadamente en el segundo poste, y luego de seguir caminando algún rato, nos topamos con un pequeño humedal, que recibe sus aguas de los deshielos de las altas cumbres de forma subterránea, hogar de muchas y bulliciosas aves que revoloteaban en los alrededores. Un pequeño paraíso para habitar.
Sendero una vez termina la pendiente
Más allá, y cercano al kilómetro 3,5 aparecieron las aguas Panimávida, un afloramiento de aguas minerales y muy pesadas (no, no son bebestibles, fue lo primero que pregunté en CONAF) que tiñen de naranjo el suelo por donde fluyen, con alguna infografía del lugar explicando los fenómenos geológicos y físicos que originan esto.
Finalmente, algunos minutos después de haber pasado las aguas Panimávida, nos encontramos con otro de los guardaparques, quien nos indicó que solo hasta acá era posible llegar, debido a que producto de algunos deslizamientos a causa de los deshielos, los siguientes 2 kilómetros antes de llegar a la Laguna (lugar de nidificación del pato juarjual) no estarían habilitados si no hasta la semana siguiente. Lamentablemente erramos por una semana.
Dada la imposibilidad de seguir, bajamos al río, que corría a escasos metros de donde estábamos, para comer la colación, descansar y disfrutar del paisaje. Ríos de deshielos, praderas verdes y suaves descubriéndose entre la nieve aún presente, infinidad de pequeñas aves revoloteando, y las sombras de los cóndores dominando las cumbres son el paisaje típico y característico de tantos valles de los andes centrales, a los que estuve tantos años sin volver hasta este día. En este escenario comimos, descansamos un rato, recargamos energías y hasta dormitamos unos minutos a pleno sol, mientras alguna nubes solitarias se animaban a entrar en escena detrás del disminuido glaciar San Francisco que colgaba desde las montañas, una víctima más del calentamiento global, y que a paso cada vez más acelerado seguirá comprometiendo la disponibilidad hídrica de los habitantes de la zona centro.
Aguas glaciares con el San Francisco al fondo
Cuando ya hubimos descansado lo suficiente, emprendimos el retorno por el mismo sendero, y una hora más tarde estábamos abajo en Baños Morales, buscando un local para comprar una merecida coca cola de medio litro que aplacara, aunque fuera un poco, el calor y la sed que veníamos acumulando hace un buen rato, quizás desde que partimos.
- Fin del relato -
Información útil
- Al menos hasta El Melocotón, son muchos los ciclistas de pista que se ven en el camino. Conviene tomar resguardos y ser prudente con ellos.
- El ticket se debe reservar en ASP ticket y pagar en la guardería de CONAF.
- Los postes de marcas de avance del sendero están puestos cada 500 metros de distancia.
- En teoría, a partir del viernes 15 de diciembre de 2023, y durante lo que dure la temporada estival, el sendero debiese poder llegar a la laguna.
- Los últimos 2 kilómetros de sendero, que llevan al glaciar mismo, no están habilitados desde el 2018 por riesgo de derrumbes por los deshielos.
Cómo nos preparamos
- Zapatos de trekking, no es necesario que sean impermeables.
- Reservar por ASP Ticket (Revisar, a día de hoy el sistema de reserva de los parques está cambiando).
- Colación para recargar energías.
- Botellas con agua, no pareciera ser bebestible el agua que se ve en el trayecto.
- Lentes de sol, con buena protección UV.
- Bloqueador, y mucho, el sol pega como nunca durante el verano en la cordillera.