Laguna del Bayo
En las profundidades de la Puna de Atacama - Parte 2
Fecha de publicación: 15-Dic-2023
Fecha del viaje: 17-Ene-2019
Región de Atacama
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Esta es la continuación de nuestra aventura en la vasta tierra de Atacama donde nos aventuramos después de 2 intentos previos, a llegar a las Lagunas del Jilguero, del Bayo y Bravas, en uno de los lugares más recónditos de la región.
- Inicio del relato -
Esta es la parte 2 (y final) de este relato, si no has leido la parte 1 te invitamos a leerla en el siguiente link.
Día 2: Bayo - Lagunas Bravas - Termas de Río Negro
Pasada la noche y sin ningún contratiempo, el sol comenzó a aparecer tímidamente tras los cerros que separan a Chile de Argentina, y a eso de las 6:10 AM fui el primero en salir de la carpa con el objetivo entre ceja y ceja de ver y fotografiar completo el amanecer en aquel lugar magnífico perdido entre los cerros de Atacama. La noche fue fría, pero benévola. Por el agua congelada en el bidón creemos que pudo haber hecho unos 2 o 3 grados bajo cero, una temperatura “alta” para lo severo que tiende a ser el altiplano durante las noches.
Algunas veces el esfuerzo paga, otras veces no. Esta fue una de las que sí, y con el clima calmo, diametralmente opuesto al día anterior, tuvimos la oportunidad de contemplar un amanecer bello y suave, con los colores que cambian de forma parsimoniosa y continua desde las primeras luces hasta que sol sol ya se muestra completo. Mejor aún es que en la luz extrema, los colores de los cerros anaranjados se saturan más que de costumbre. Gran panorama para tomar fotografías, pero por sobre todo, para disfrutar.
Amanece en el Bayo
Tomamos el desayuno correspondiente, abrigados por el frío que aún no quería irse, empacamos carpas, bolsos y equipos, nos subimos a la camioneta y continuamos en dirección norte por la huella marcada, dejando atrás la laguna del Bayo. y cómo no. acto seguido nos volvimos a sorprender, y antes nosotros aparecieron una serie de formaciones rocosas que emergen del arenal casi sin razón, confundiendo el paisaje con un terreno lunar sacado de otra historia, impresionante y extraño. Desconozco el nombre real de estos monolitos naturales, pero en algún sitio de internet encontré que alguien las llamaba “Formaciones del Bayo”.
Formaciones del Bayo y volcán Colorados al fondo
Entre las formaciones del Bayo, y mientras avanzamos al norte, se ve al fondo el volcán Colorados, con sus cumbres nevadas, imponente marcando el horizonte, y hacia la derecha, alguno que otro hito fronterizo, que nos recuerda que estamos realmente en el corazón de la cordillera. Aproximadamente 2 kilómetros después de las formaciones del Bayo la huella principal se desvía hacia el oeste, lo que coincide aproximadamente con lo que habíamos visto durante muchas semanas en Google Maps para tener alguna idea de cómo llegar.
Y, efectivamente, luego de que la huella se desviara, subiendo por algunas lomas que terminaron siendo más sencillas de lo que creímos, a lo lejos, y de forma discontinua, comenzamos a ver el color turquesa de la laguna Brava sur. Después de 2 intentos anteriores, finalmente estábamos llegando a un destino que durante mucho tiempo nos pareció más intangible que real, por la poca información, por lo esquivo que nos había sido, y por lo complejo de llegar hasta acá.
Laguna Brava Sur
Esta vez no llegamos a la orilla de la laguna misma, por desconocimiento, por un poco de miedo, y por precauciones con la hora, puesto que aún nos quedaba un buen trecho para llegar a Maricunga, el objetivo final del día. Aún así, nos detuvimos en un mirador natural que se forma arriba, y que mira a las lagunas de forma panorámica, para disfrutar un momento esperado durante mucho tiempo, y que justificó cada uno de los intentos anteriores, de las horas gastadas en google maps buscando, de la preparación, y de las horas arriba del auto para llegar hasta acá. Sin duda alguna, las lagunas Bravas son un tesoro en la accidentada geografía de Atacama, y por qué no, de Chile.
Reflejo en las Lagunas Bravas
Sin estar del todo convencidos de dejar este lugar, por precaución, emprendimos regreso, por el mismo camino que nos trajo hasta acá, al menos hasta el salar de Piedra Parada. Atrás dejamos las lagunas Bravas, la laguna del Bayo y las lagunas del Jilguero, el volcán Colorados y la sierra nevada de las lagunas Bravas, lugares que difícilmente podríamos olvidar en un futuro.
Laguna del Bayo a los pies de la Sierra Nevada de las Lagunas Bravas al volver
De vuelta en el camino principal, al borde del salar de Piedra Parada, seguimos avanzando, más al sur, desde el mismo punto donde el día anterior tomamos la huella que se internaba al corazón de la puna de Atacama. La ruta sigue avanzando, tranquilamente, pero cada vez más tenue, por el llano de los Cuyanos, por aproximadamente 20 kilómetros hasta encontrarse de frente con la quebrada del río Negro, uno de los hitos de la cordillera atacameña, y lugar de término de este relato.
Pero aún quedaba un último esfuerzo: Antes de bajar al lecho del río, se debe descender por un arenal, y porque no era primera vez que lo bajábamos, sabíamos qué clase de bajada teníamos delante. El camino es angosto, y en algunas zonas muy blando, por lo que se debe bajar con mucho cuidado de no quedar enterrado. Por suerte, no hubo problemas, y nos vimos ya al nivel del río, listos para enfilar nuevamente en dirección a la cordillera en busca de las termas de río Negro, distantes a poco más de un kilómetro de donde bajamos del arenal.
Cajón del Río Negro
Y como gran premio, después de dos cansadores y exigente días, teniamos al frente nuestro las termas de río negro, un pozón semi natural enclavado en medio de la cordillera, esperándonos para un merecido pero momentaneo descanso antes de seguir enfilando al sur, para llegar a Maricunga y avisar que todo salió bien, y para continuar hacia la laguna del Negro Francisco, en el Parque Nacional de Tres Cruces. Pero no, eso no es parte de este relato.
Desde esto han pasado 4 años, casi 5 en realidad, y mucha agua ha cruzado bajo el puente. Yo no he tenido la oportunidad de volver a ir, aunque ganas nunca me faltan, pero mi padre ha vuelto a ir dos veces, ha llegado a la orilla de ambas lagunas Bravas, ha dado la vuelta por otros caminos que en esa ocasión no recorrimos, y ha acumulado valioso conocimiento de una de las zonas más bellas de nuestra extensa cordillera. Sin la atención que concita la zona de san pedro de atacama o el Parque Nacional Lauca, principalmente por la difícil logística que implica llegar acá, la cordillera de Atacama es un tesoro, desconocido para la gran mayoría, pero que espera ser descubierto por la gente, para apreciarlo, disfrutarlo y por qué no, protegerlo, de la próxima gran amenaza para los ecosistemas del norte: la minería del Litio. Realmente espero que mucha gente en los próximos años tenga la suerte de conocer este tesoro oculto de nuestro norte, antes de que sean intervenidos y modificados para siempre. Las lagunas de la puna de Atacama esperan pacientemente para premiar a todos quienes quieran asumir el esfuerzo de llegar hasta ellas.
- Fin del relato -
Información útil
- Desde salvador no existe otro punto donde recargar bencina, es imprescindible contar con al menos un bidón de combustible extra.
- En la gran mayoría del trayecto no existe cobertura de celular, solo en el inicio, y luego en Maricunga.
- El clima del altiplano es variable y severo, jamás se debe tomar a la ligera, y siempre conviene tomar resguardos excesivos y pecar de exagerado que de descuidado.
- Es necesario que quien conduzca tenga conocimiento de terrenos de estas características, si bien en su mayoría son caminos en buen estado, existen zonas puntuales donde hay riesgo real de hundirse o quedar detenido en el auto (arenales y pasadas por ríos).
- Lo ideal es siempre ir en dos autos, por sí alguno presenta problemas. Si esto no se puede, un teléfono o mensajero satelital es muy útil. Y en 3er lugar, si no se cuenta con ninguna de las dos opciones, llevar un plan de emergencia muy preciso y bien informado a parientes u otra gente, para que sepan qué acciones tomar en distintos casos.
- La cantidad de caminos en el norte es muy variable, producto de la actividad minera y sus prospecciones, por tanto, lo que uno ve en internet suele estar desactualizado. Considerar esto, ya que caminos nuevos no contemplados pueden tender a confundir a alguien con poca preparación.
Cómo nos preparamos
- En cuanto al auto, debe ser con tracción 4x4, ojalá con caja reductora para tracción lenta, aun cuando casi no se utilice. Se debe considerar dos neumáticos de repuesto, uno es muy poco, sobre todo si se debe andar por zonas pedregosas. Chequear el estado de la batería antes del viaje, el frío les castiga el rendimiento y empujar a 4300 msnm nunca es opción.
- En cuanto a los víveres, consideramos varios bidones de agua, ya que por la alta cantidad de metales el agua no es bebestible en ríos o lagunas. Respecto a la comida, siempre considerar unos dos o tres días adicionales de víveres al tiempo programado de viaje.
- En cuanto al trayecto, buscamos mucha información, pasamos muchas horas en Google Earth, descargamos mapas sin conexión de la zona y estudiamos cuidadosamente la ruta. En general otros mapas satelitales son mejores que el Earth para esta zona en específico, porque tienen fotos más actuales (por ejemplo el visor de caminos del MOP).
- En cuanto a la ropa y equipo de montaña, nada demasiado extremo. Un buen saco de dormir para aguantar temperaturas cercanas a los 0°C, más los implementos típicos como bandana, parka, primera capa, polar, gorro, guantes, etc.
- En cuanto al plan de emergencia, en ese entonces no teníamos algún comunicador satelital, por lo que llevamos un plan de emergencia con tiempos muy bien trazado, con mucha gente enterada del itinerario y las instrucciones claras de qué hacer en caso de no cumplirse. A día de hoy contamos con un mensajero satelital que sirve para reportarse y para dar aviso en caso de emergencia vía sms.