Araucarias en el sendero
Sollipulli al final del invierno
Fecha de publicación: 27-Dic-2023
Fecha del viaje: 13-Oct-2022
Región de la Araucanía
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El invierno puede ser una época muy cruda en gran parte de la Araucanía Andina, pero fue en la transición a la primavera cuando el clima nos brindó la oportunidad única de descubrir los Nevados de Sollipulli con una perspectiva completamente diferente a la del verano. Los bosques nevados de araucarias, y las vistas panorámicas de los fértiles valles y blancas cumbres son un premio por el que vale la pena el esfuerzo.
¿Cómo llegar a Nevados de Sollipulli?
Desde Melipeuco se debe salir en dirección a la cordillera por la ruta S61 que va a Icalma, habiendo dos opciones para bifurcar más allá. Una es desviarse a los casi 6kms por la ruta S563 y luego tomar la S575, o bien avanzar un poco más, hasta el kilómetro 16 y salir por la S571 para posteriormente empalmar con la S575. Luego de una empinada cuesta, que pasa por el canopy más alto de Chile, se llega a la guardería de Conaf.
- Inicio del relato -
Lo primero y antes que todo, la verdad: No fue en invierno, fue derechamente en primavera, pero por el clima y la cantidad de nieve, se podría decir sin ninguna vergüenza que fue la cola del invierno. Dicho esto, puedo continuar.
Fuimos a finales de Octubre a los Nevados de Sollipulli, dentro de la Reserva Nacional Villarrica, con la intención de lograr subir un poco, caminar lo que se pudiese y ver hasta dónde lograríamos llegar, sin ninguna pretensión mayor. Y si bien lo cierto es que esta vez no logramos llegar al hermoso cráter cubierto de hielo, esto no lo hizo menos entretenido ni alucinante, porque el sendero que asciende el Sollipulli sin duda alguna debe ser de los trayectos más bellos de la Araucanía Andina, sobre todo en las épocas donde acumula nieve.
Bien preparados y abrigados, salimos desde Melipeuco rondando las 9 AM en una mañana helada después de la lluvia, con el aire aún húmedo y extremadamente limpio. Para llegar a los Nevados de Sollipulli se debe salir de Melipeuco hacia la cordillera por la ruta S-61 y hay dos formas de llegar: Una desviándose hacia el sur a 5 kms de Melipeuco por la ruta S-563 y otra desviándose hacia el sur a 16 kms de Melipeuco por la ruta S-571. Habiendo utilizado los dos caminos, me parece bastante más directo y cómodo el segundo, que minimiza el trayecto por caminos de ripio.
La ruta es buena en términos generales, y la única complejidad que presenta es una cuesta de pendiente muy pronunciada y curvas muy cerradas previo a llegar a la caseta de Conaf. Un auto con tracción 4x4 ayudaría a subirla, pero lo cierto es que se puede llegar sin problemas y con algo de cuidado en un auto común y corriente. Fue acá donde lo bueno: Con la lluvia de la noche, todo el bosque arriba de la cuesta se tiñó completamente de blanco y se confundía con la neblina que aún no terminaba por despejar toda la visual. Qué mejor bienvenida.
Bosque recién nevado
En estricto rigor se debe pagar entrada en Conaf por acceder a la reserva, pero por estar fuera de temporada alta, la entrada estaba liberada, y luego de comer un pequeño pero contundente desayuno, partimos caminando alrededor de las 10:30, detrás de algunos grupos guiados que andaban en lo mismo que nosotros. El panorama no dejó de mejorar, porque a medida que uno caminaba por el bosque durante la primera hora del sendero, la altura ganada se traducía en nieve acumulada, en las hojas, en las ramas y en el suelo.
Bosque cubierto de blanco
Al final del bosque, y donde se alcanza una lengua de suelo volcánico, nos encontramos con el grupo guiado, un grupo de personas listas para subir randoneando las continuas y suaves laderas del volcán, y un carancho cordillerano con poco respeto por los espacios personales y menos miedo aún a los visitantes. Ya en este punto la nieve debe haber tenido unos 30 cm de profundidad. Luego de un breve descanso continuamos subiendo hasta que al poco andar nos dimos cuenta del gran error que cometimos al no llevar raquetas para nieve. Sin raquetas cada paso cuesta el doble de tiempo y energía y el cansancio no tarda en manifestarse.
Carancho Cordillerano
Al término de la lengua volcánica se debe decidir si tomar el camino de la derecha o el de la izquierda. Por desconocimiento intentamos tomar el de la derecha para darnos media hora después cuenta que el correcto era por la izquierda, que se sube a la ladera del volcán y se va bordeando un pronunciado filo con poca nieve. La vista desde este tramo es, por lo bajo, impresionante, con las cumbres nevadas de la Araucanía Andina en la visual directa y los volcanes irguiéndose como entes protectores de los distintos valles del territorio que la vista alcanza a cubrir.
El sendero sólo sube, y luego de andar un rato por la ladera se llega a un mirador que da hacia el norte. En realidad la vista no es mejor que la de la última media hora para llegar allí, pero sirve para sentarse a descansar de forma más cómoda. Todo el trayecto va rodeando Araucarias, las que a medida que se va alcanzando más y más altura comienzan a desaparecer y a hacerse más pequeñas. Hasta este punto ya llevábamos alrededor de 4 horas caminando, principalmente producto de no andar con raquetas y de haber elegido mal el camino más abajo. De haber estado bien equipados y elegido bien el camino estas 4 horas podrían haber sido perfectamente 3 o menos.
Panorámica de los valles desde el Sollipulli
La verdad de las cosas es que no fue mucho más lo que pudimos subir, en parte por el cansancio producto de las malas decisiones, y en parte porque la otra mitad del grupo se había quedado más abajo, y todos sabemos que cuando se anda en grupo en el cerro separarse largo tiempo nunca es la mejor opción. Avanzamos algunos metros más, faltando aún unos 45 minutos de caminata para llegar al cráter, y emprendimos regreso, por el mismo camino por el cual llegamos.
La bajada, como la mayoría de las veces, fue más corta y menos exigente, pero a la vez menos emocionante y entretenida. La capa de nieve que durante la mañana cubría todo el bosque ya se había derretido y todo volvió a ser más verde que blanco. Mal que mal, a fines de octubre el sol ya comienza a hacer de las suyas y la primera en notarlo es la nieve.
Vista hacia la cumbre
Al llegar abajo, casi en el estacionamiento, y luego de haber caminado unas 7 horas (que podrían haber sido menos) increíblemente nos esperaba un carro de sopaipillas, al que, sin duda alguna, le compramos lo que nos permitió el efectivo con el que andábamos, para terminar de cerrar una jornada redonda, sin cumbre, pero no por eso menos bella y entretenida. Mal que mal, muchas veces las cumbres, lagos, ríos, lagunas y otros lugares nos quitan el sueño en nuestra búsqueda por alcanzarlos, pero nos distraen de disfrutar el camino. Quizás ir sin tantas expectativas cuando uno sale al encuentro de la naturaleza sea una forma de disfrutar más las bondades del camino y de frustrarse menos cuando las inclemencias del tiempo, el estado físico o los imprevistos no nos dejan llegar a la anhelada meta.
- Fin del relato -
Información útil
- Hay dos caminos para llegar como expliqué más arriba. El 2o es más corto y más rápido.
- En la cuesta previo a la llegada a Conaf se recomienda ir atento y manejando con cuidado, es de alta pendiente, angosta y poca visibilidad.
- Para caminar por nieve las raquetas hacen una enorme diferencia, recomendadas de todas maneras.
- Utilizar Maps.ME para ubicar el sendero correcto para subir al Sollipulli saliendo del bosque.
Cómo nos preparamos
- Zapatos de trekking, impermeables. Nos faltaron las raquetas.
- Vestimenta por capas, es más eficiente para el frío y más cómoda para cuando comienza a hacer calor.
- Agua, ojalá un litro por persona.
- Bastones de trekking.
- Revisar Wikiexplora y Andeshandbook
- Celular con GPS.